Al abrir la puerta, Nanami, la hermana de Mamori, emerge con un cuerpo voluptuoso y pechos generosos que llaman la atención. Con una expresión glacial, se acerca a él y le ofrece un alivio sexual directo y sin rodeos, manipulándolo con una masturbación experta y un blowjob intenso que lo lleva a múltiples orgasmos. A pesar de su instrucción de solo frotarse contra sus bragas, él termina penetrándola y eyaculando dentro de ella sin permiso, lo que desata una pasión desenfrenada.
Sin embargo, su arousal no disminuye y utiliza diversas partes del cuerpo de Nanami para alcanzar otro clímax apasionado. Pero en el calor del momento, comete un error inesperado: salpica semen sobre el smartphone que ella tanto aprecia, un objeto que ahora lleva consigo un recuerdo indeleble de su encuentro apasionado.